SINOPSIS
¿Hasta dónde llegarías para conseguir la última gota de agua?
Alyssa vive con su familia al sur de California, en un barrio residencial muy apacible... Hasta que, un día, del fregadero deja de salir agua. Tras padecer varios años de sequía, eso tampoco es extraño; allí todo el mundo está acostumbrado a las advertencias: no riegues el césped, no llenes la piscina, no te des duchas largas. Pero esta vez ya no queda agua que ahorrar.
En muy poco tiempo, el supermercado del apacible barrio residencial se ha llenado de familias desesperadas y dispuestas a todo con tal de conseguir un bidón de agua. Y cuando sus padres salen en busca de provisiones y no regresan, Alyssa, su hermano y el peculiar vecino que los acompaña no tienen más remedio que empezar a tomar decisiones difíciles para sobrevivir. Cueste lo que cueste.
Sed, Neal Shusterman y Jarrod Shusterman
Traducción de Pilar Ramírez Tello
Nocturna Ediciones, Madrid, 2019
418 páginas. 16,50 euros
OTROS DATOS: Libro independiente, edición de tapa blanda
El lector es una criatura recelosa de su tiempo y sus costumbres. Especialmente si en su día a día se ve obligado a convertirse en funambulista en el metro o en el autobús para poder avanzar unas páginas de su novela, con algún codazo anónimo como obsequio, y ese tic de alzar la vista un instante para comprobar si esa es o no su parada. El momento de la lectura en el hogar se convierte en un ritual, y cada uno tiene sus preferencias: una de "sofá y manta" (sin Netflix, a excepción de la chimenea para que crepite como sonido ambiente); el sillón orejero del rincón junto a la ventana; o, sencillamente, una cama y un cojín mullido para apoyar la espalda. Puede añadirse un café espumoso o una taza de té de cualquier color para completar la experiencia. Sin embargo, siguiendo el consejo que ofrecería Neal Shusterman a sus lectores, esta vez habrá que desechar todas estas ideas y servirse un buen vaso de agua fresca. Sed hace honor a su nombre.
No es la primera vez que Neal Shusterman, ganador del Premio Nacional de Literatura Juvenil en Estados Unidos y autor de sagas como Siega o Desconexión, escribe una novela a cuatro manos, ya sucedió con la trilogía El desván de Tesla, junto a Eric Elfman. En esta ocasión, ha decidido incluir en su proyecto a su hijo, Jarrod Shusterman, guionista y autor de una antología de relatos. Ambos presentan a su público Sed, un título autoconclusivo que, si bien cuenta con un tono crítico y de intención moralizadora, dispone de los ingredientes necesarios para convertirse en un blockbuster palomitero del viernes noche. Antes de su publicación en España en abril por Nocturna Ediciones, el pasado 2018 se anunció que la productora estadounidense Paramount adquirió los derechos de la novela de cara a su adaptación cinematográfica.
Para Alyssa y su familia no es extraño vivir bajo la sombra de un cuidado estricto y generalizado en lo que se refiere al no desperdicio del agua, debido a que el estado de California, al igual que otros territorios de Estados Unidos, está sufriendo una crisis medioambiental de sequía. La situación se sobrelleva, hasta que, un día, los grifos dejan de liberar caños de agua para proporcionar únicamente un par de gotas antes de agotarse. En este punto, Neal y Jarrod Shusterman provocan el arranque de la inminente catástrofe que deberán superar sus personajes, un grupo de adolescentes variopintos —al menos, en apariencia, ninguno resalta por su disparidad o complejidad caracterial— unidos caprichosamente por el destino.
No se trata de una novela de grandes pretensiones, no más allá de ser una historia de jóvenes sobreviviendo al apocalipsis, con un ritmo de lectura tan vibrante y ameno como entretenido. Días después de su lectura, poco más resiste en el recuerdo a excepción de la atmósfera árida y agobiante que caracteriza a Sed. La apuesta por incluir el tema de la preocupación sobre el medio ambiente y la sensibilización contra el cambio climático en una publicación enfocada a adolescentes cumple con sus intenciones. Pese a que consiga calar con más o menos acierto en su público una vez finalizada la historia, es inevitable experimentar mediante el subconsciente la sensación de sed. Una vocecita que habla al lector: "¿Estás bebiendo suficiente agua?".
Los capítulos en los que se divide la narración lineal de Sed van saltando como chinches de un personaje a otro, entre principales (narrador en primera persona) y secundarios (tercera persona). Algunos de ellos se cruzarán con los primeros en el desarrollo de la trama, mientras que otros solo asumirán diminutos papeles dramáticos o serán visibles por las consecuencias de sus decisiones. El grupo protagonista responde a una serie de roles para desempeñar su cometido argumental; encasillados unos en aquellos más cercanos al bien y a la integridad, y otros próximos a la inhumanidad y lo salvaje.
Sed aprueba en cuanto a consumación de las aspiraciones del tipo de novela en la que se enmarca, no anhela una especial grandeza o trascendencia, sino ofrecer una aventura capaz de distraer y atrapar al lector al que se dirige. A través de la cual sea posible inculcar un mensaje impregnado sobre una problemática que afecta con alcance global y sobre la que, pese a la continua alarma, no se están tomando medidas eficaces. Un tema relevante especialmente en país de origen de los Shusterman, no solo por la responsabilidad de sus dirigentes, también por la gestión del cambio climático que se está eludiendo. Al fin y al cabo, el arma de un escritor consiste en cómo articula las palabras.
No es la primera vez que Neal Shusterman, ganador del Premio Nacional de Literatura Juvenil en Estados Unidos y autor de sagas como Siega o Desconexión, escribe una novela a cuatro manos, ya sucedió con la trilogía El desván de Tesla, junto a Eric Elfman. En esta ocasión, ha decidido incluir en su proyecto a su hijo, Jarrod Shusterman, guionista y autor de una antología de relatos. Ambos presentan a su público Sed, un título autoconclusivo que, si bien cuenta con un tono crítico y de intención moralizadora, dispone de los ingredientes necesarios para convertirse en un blockbuster palomitero del viernes noche. Antes de su publicación en España en abril por Nocturna Ediciones, el pasado 2018 se anunció que la productora estadounidense Paramount adquirió los derechos de la novela de cara a su adaptación cinematográfica.
Para Alyssa y su familia no es extraño vivir bajo la sombra de un cuidado estricto y generalizado en lo que se refiere al no desperdicio del agua, debido a que el estado de California, al igual que otros territorios de Estados Unidos, está sufriendo una crisis medioambiental de sequía. La situación se sobrelleva, hasta que, un día, los grifos dejan de liberar caños de agua para proporcionar únicamente un par de gotas antes de agotarse. En este punto, Neal y Jarrod Shusterman provocan el arranque de la inminente catástrofe que deberán superar sus personajes, un grupo de adolescentes variopintos —al menos, en apariencia, ninguno resalta por su disparidad o complejidad caracterial— unidos caprichosamente por el destino.
No se trata de una novela de grandes pretensiones, no más allá de ser una historia de jóvenes sobreviviendo al apocalipsis, con un ritmo de lectura tan vibrante y ameno como entretenido. Días después de su lectura, poco más resiste en el recuerdo a excepción de la atmósfera árida y agobiante que caracteriza a Sed. La apuesta por incluir el tema de la preocupación sobre el medio ambiente y la sensibilización contra el cambio climático en una publicación enfocada a adolescentes cumple con sus intenciones. Pese a que consiga calar con más o menos acierto en su público una vez finalizada la historia, es inevitable experimentar mediante el subconsciente la sensación de sed. Una vocecita que habla al lector: "¿Estás bebiendo suficiente agua?".
Los capítulos en los que se divide la narración lineal de Sed van saltando como chinches de un personaje a otro, entre principales (narrador en primera persona) y secundarios (tercera persona). Algunos de ellos se cruzarán con los primeros en el desarrollo de la trama, mientras que otros solo asumirán diminutos papeles dramáticos o serán visibles por las consecuencias de sus decisiones. El grupo protagonista responde a una serie de roles para desempeñar su cometido argumental; encasillados unos en aquellos más cercanos al bien y a la integridad, y otros próximos a la inhumanidad y lo salvaje.
Sed aprueba en cuanto a consumación de las aspiraciones del tipo de novela en la que se enmarca, no anhela una especial grandeza o trascendencia, sino ofrecer una aventura capaz de distraer y atrapar al lector al que se dirige. A través de la cual sea posible inculcar un mensaje impregnado sobre una problemática que afecta con alcance global y sobre la que, pese a la continua alarma, no se están tomando medidas eficaces. Un tema relevante especialmente en país de origen de los Shusterman, no solo por la responsabilidad de sus dirigentes, también por la gestión del cambio climático que se está eludiendo. Al fin y al cabo, el arma de un escritor consiste en cómo articula las palabras.
¿Qué os ha parecido el libro? ¿Lo habíais leído?
Esta novela forma parte de una lectura conjunta del club Oasis literario.
Espero recibir vuestras opiniones en los comentarios.
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¡Hasta la próxima!
¡Hola! El libro en principio no me llama pero el tema del cambio climático sí así que no lo descarto. Un besote :)
ResponderEliminarHola, la verdad es que pinta bastante bien ¿que haríamos por una gota de agua? ufff pues creo que habiendo sed, cualquier cosa. Me lo llevo apuntado. Besos.
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarHe viso este libro y le tengo respeto y muchas ganas, con lo que cuentas me estás alentando a lanzarme
Un bes💕
¡Hola!
ResponderEliminarAl principio no me convencía mucho, pero al ir leyendo reseñas creo que le daré una oportunidad.
Besitos :)
¡Hola! =)
ResponderEliminarNo lo he leído, así que agradezco la reseña ^^
Un besitooooo :P
¡HHoolaaaa!
ResponderEliminarÚltimamente leí varias reseñas por acá en Blogger y la verdad me llama muchísimo la atención. La verdad es un tema preocupante y me alegra que se incluya también en la literatura. Espero poder leerlo pronto!
Gracias por la reseña! Buen fin de semana, nos leemos! ♥
¡Hola!
ResponderEliminarTodavía no he tenido la oportunidad de leer este libro, pero lo tengo entre mis pendientes ^^. Espero disfrutarlo, aunque seguro que me dará un poco de ansiedad por la situación del mundo.
Un beso.
No lo he leído y aunque no estará dentro de mis próximas lecturas no es un libro que quiera descartar. Por cierto, me ha dado sed, :)
ResponderEliminarBesos!
Hola Alex, que bien poder pasar por tu precioso blog, pot cierto me encanta el toque tan bonito que le has dado, increíble. La novela la leí hace tiempo cuando salió a la venta y concuerdo contigo en que no es una novela ambiciosa, y por supuesto se necesita mucha agua al lado, creo que no había bebido tanta en mi vida, es bueno crear conciencia sobre todo el daño que le hacemos al planeta, espero coincidamos en alguna lectura del club.
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